sábado, 24 de enero de 2015

Libertad y libertinaje

Roberto Arosemena Jaén

Libertad tiene que ver con autonomía en la filosofía y libertinaje con idiosincrasia. La etimología de los términos autonomía e idiosincrasia se refiere a conductas humanas sometidas a leyes que se da uno mismo y conductas humanas sometidas a preferencias individuales.

La polémica sobre la ilimitada libertad de expresión condujo al papa Francisco a la metáfora del puñetazo y a Cameron a la falacia liberal de que solo la ley puede limitar y restringir la libertad de expresión. Nos movemos en dos universos lógicos que la ética de Kohlberg señala como conceptos de bien fundamentado en lo preconvencional, en el caso de Francisco y la rápida respuesta a la provocación mediante el puñetazo, y de otra parte, en la ética convencional del primer ministro inglés: sólo la ley puede restringir el ejercicio de la libertad.

La respuesta de Francisco es presentar un escenario donde la libertad como idiosincrasia conduce a una lucha entre individuos egoístas. Estos individuos egoístas se mueven en un mundo de conflictos y de guerra de unos contra otros. Es el famoso pacto social de los violentos que se supera cuando ambos contendientes reconocen que la guerra conduce a la muerte y que el único acuerdo racional es aceptar una autoridad que restrinja las libertades de los individuos.

La respuesta de Cameron, por el contrario, supone la existencia de los estados nacionales y soberanos surgidos del pacto social de los teóricos políticos como Hobbes y Locke, donde la ley y la autoridad son necesarios para regular la conducta de individuos libres que renuncian a la violencia recíproca por el solo hecho que no quieren morir.

La crisis de la actualidad es que el mundo de los hombres y de la vida real ha liberado un poder de autonomía, que al decir del moralista es el mundo de la ética pos convencional. Es la ética de los principios que no se somete a las leyes de los estados sino a las convicciones personales que pueden ser argumentadas y lógicamente sustentadas por el individuo que actúa.

El inicio del siglo XXI (09/11/2001) es el colapso del estado nacional sustentado por el pacto social de los violentos que apenas puede ser argumentado en la sede del Consejo de Seguridad. Cuando la violencia se da desde la autonomía del pequeño grupo y con individuos convencidos de que es digno morir por la patria o por su religión no hay ley positiva, no hay orden internacional sino sencillamente terror en las sociedades estatales. Apelar a la diosa libertad de expresión para exigir respeto y tolerancia a las caricaturas y a los modos de pensar basados en preferencias es una retórica ingenua.

El discurso –extremadamente funcional-de Obama a la Unión lo declara “urbi et Orbi” nos reservamos el derecho de actuar unilateralmente con aprobación o no del Consejo de Seguridad.

Es la misma declaración de terrorismo de los fanáticos, llenos de razones o de odios ancestrales. Da lo mismo, la terrible libertad para actuar de forma unilateral de Obama y su pueblo o la acción del terrorista que libremente fanatizado o convencido pone una bomba. Lo ocurrido en la Francia de la diosa libertad, el sentirse revestidos del mismo poder destructor del otro, el ver desfilar un grupo compacto de gobernantes identificados a pensar y expresarse con la ilimitada y no comprometida libertad de expresión, nos obliga a pensar que la actualidad no quiere entender la reciprocidad de una ley de ojo por ojo. Por el contrario, la fila compacta de gobernantes, enceguecidos con la libertad absoluta, absolutos que la cultura había destronado con la tolerancia, vuelven a renacer de mano de la indiscutible libertad.

Ahora, no se trata de libertades a decir, pensar y actuar unilateralmente, ahora se trata de actuar con la libertad del tolerante, del justo y del que acepta la reciprocidad de la solidaridad de todos con todos.

http://impresa.prensa.com/opinion/Libertad-libertinaje-Roberto-Arosemena-Jaen_0_4126087418.html