miércoles, 18 de junio de 2008

La importancia de la filosofía hoy

Francisco Díaz Montilla

El 15 de noviembre de 2007, conmemorando el Día Mundial de la Filosofía en Turquía, la Unesco hizo presentación formal de la obra Philosophy. A School for Freedom, en la cual expresa su compromiso para que los Estados implementen la enseñanza de la filosofía en todos los niveles educativos.

La posición de la Unesco con respecto a la enseñanza general de la filosofía se sustenta en la Declaración por la Filosofía de París (Paris Declaration for Philosophy) de 1995, según la cual (traducimos): “la formación filosófica, al entrenar la mente de manera libre y reflexiva contribuye a rechazar las diversas formas de propaganda, de fanatismo e intolerancia; contribuye, por ello, a la paz y nos prepara para las responsabilidades que debemos enfrentar en el mundo de hoy, particularmente en el ámbito de la ética”.

Que una institución como la Unesco tenga una posición tan categórica con respecto a la enseñanza de la filosofía debería decirnos algo. Pero a nuestros expertos educativos del patio, al parecer, no les dice absolutamente nada, tal vez porque su genialidad y experiencia les han mostrado que definitivamente la Unesco está equivocada.

Esto es lo que me induce a pensar en la actual propuesta de transformación curricular del Meduca (por ahora en espera), propuesta en la cual la enseñanza de la filosofía no es, ni siquiera, complementaria; y la propuesta de tronco común en la transformación curricular que se promueve y “discute” en la Universidad de Panamá, donde la filosofía desaparece del ámbito formativo general, incluso en la facultad que en otros tiempos llevara su nombre.

Si la filosofía no es importante para la formación de la persona, entonces su presencia en el currículo no está justificada. Dado que en la propuesta ni siquiera se hace alusión a la filosofía, quiere decir que no es importante. De lo cual se infiere que la ausencia de la filosofía en el currículo (del Meduca o de la Universidad de Panamá) está más que justificada.

Antes de aceptar la conclusión de este argumento, se tendría –sin embargo– que proporcionar razones que justifiquen que la filosofía no es importante para la formación de la persona, pues es obvio que este enunciado no es evidente en sí mismo. La interrogante es si los expertos, tanto del Ministerio de Educación, como de la Universidad de Panamá, pueden proporcionar argumentos razonables (más que plausibles, válidos y, fundamentalmente, correctos), no discutibles (más allá de lo que creo, pienso y quiero, etc.) en los que puedan justificar lógicamente el enunciado en cuestión (habría que ver si entienden esta palabra, pues es un secreto a voces que la lógica no es importante para ellos).

En el caso de que puedan, enhorabuena; en caso de que no puedan, entonces es mejor que empiecen a replantearse seriamente sus propuestas. Posiblemente arguyan que es poco o ninguno el impacto que la enseñanza de la filosofía ha tenido en la educación nacional. Tal vez tengan razón en ello, pero esta no es razón para excluirla de un proyecto formativo. En todo caso, lo que cabría hacer es replantearse lo que se enseña (contenido), cómo se enseña (metodología) y una evaluación exhaustiva de las competencias reales de quien enseña. Esto, por supuesto, es extensivo a las demás especialidades.

Pues, bien, ya que desconocemos cuáles son exactamente los argumentos que han llevado a los proponentes de la transformación curricular a desestimar tanto a la filosofía como a la lógica en la formación de nuestros jóvenes, he aquí tres textos –de tantos que se pueden citar– para que el lector reflexione (aunque esto presupone lógica, y como no es importante que la tenga, no está obligado a hacerlo) y tome una posición sobre los cambios propuestos: “El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía –escribe Bertrand Russell (Los problemas de la filosofía)– va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón”.

Mientras que el predicador metodista Albert Greene (Reclamando el futuro de la educación cristiana: Una visión transformadora) escribe: “La filosofía provee una visión global dentro de la cual podemos localizar y dedicarnos a las diversas ciencias, incluyendo la teología”. De acuerdo al texto de Russell, la filosofía es liberadora; de acuerdo al del reverendo Greene, es orientadora. ¿Por qué, entonces, negarles a los jóvenes la posibilidad de tener la experiencia de filosofar? Y en cuanto a la lógica, lo que escribe Ilmar Tammelo (Esbozo de lógica legal moderna) es realmente paradigmático: “Puesto que la lógica es uno de los medios principales que aseguran la disciplina y la integridad intelectuales, si se la aplica apropiadamente solo puede promover el logro de fines sociales deseables”.

En aras de esos fines (asumo que nuestros expertos los conocen), démosle a nuestros jóvenes la oportunidad de que reflexionen en el más elevado sentido de la palabra.

http://impresa.prensa.com/opinion/importancia-filosofia-hoy_0_2318018472.html