miércoles, 28 de diciembre de 2005

Educación superior universitaria

Roberto Arosemena Jaén

La crisis educativa produce desempleo, salarios insuficientes, pérdida del sentido empresarial y un sabor de deterioro social y nacional. De nada sirvieron las reformas constitucionales, las tributarias y las de las pensiones. De nada sirve enterrar el cuello atacando a los magistrados de corrupción generalizada. De nada sirve hacer batidas y privar a los menores infractores de libertad si no educamos a la ciudadanía. Lo único que se ha obtenido es fortalecer el gobierno torrijista, aumentar la pobreza en más de mil millones anuales y fomentar el espejismo de que el progreso acaricia las riberas del Canal en el 2006.. El problema de nuestro país ha sido la ignorancia, la falta de preparación técnica y profesional de la juventud, la indiferencia de los más preparados, el oportunismo de la sociedad civil y de los políticos improvisados. Tenemos un país con ley y sin moral, con poderes públicos sin ciudadanía, con iglesias y empresas sin práctica política y comunitaria. El resultado es una sociedad civil en competencia abierta con una sociedad gubernamental para acceder a puestos de influencia y de autoridad. El Estado es un botín a disposición de las ONGs y de los partidos políticos.

La respuesta es educar y educar hasta el nivel superior. Eso sí, con excelencia moral, académica y cultural. Lo académico tiene que ver con el conocimiento y la práctica del saber instrumental para transformar recursos en bienes. Lo cultural, tiene que ver, con el sistema de valores éticos, cívicos y comunitarios que se comparten socialmente para lograr el bienestar personal, familiar y nacional. Finalmente, lo moral se refiere a los principios universales que sustenta Naciones Unidas y que las religiones vienen divulgando desde hace siglos. Esa triangulación educativa que golpea hasta la educación universitaria producirá ciudadanos competentes más que competitivos, estables más que estresados, autónomos, transparentes y morales más que supeditados a listas negras, a secretos militares y a un sistema de corrupción creciente y generalizado.

 El perfil del ciudadano eficiente y efectivo "eficaz", coincide con el perfil del técnico y profesional competente y con el ser humano idóneo para convivir en Panamá y en cualquier punto del planeta. Esta es la única misión aceptable para las universidades privadas y estatales: formar -no producir- profesionales, ciudadanos y personas humanas de primer nivel. De allí que ninguna universidad pública, sea privada o estatal, puede tener como fin el lucro, la confesión religiosa o ideológica, ni el interés de una burocracia que se devora sus propias entrañas -caso de la Universidad de Panamá-. Toda universidad debe ser intervenida por la ciudadanía para que cumpla con esa misión de formar seres humanos "humanizados" en el mundo de la ciencia y la tecnología, en el mundo de las comunidades nacionales y en el mundo cada vez más interelacionado y mundializado de los principios morales.

Entre las instituciones de educación superior, la Universidad de Panamá tiene mucho peso. 129 millones de funcionamiento, 70 mil estudiantes y más de 6 mil docentes y administrativos. Desde hace un año, la "U" fijó sus prioridades: actualizar y fortalecer sus carreras técnicas y profesionales. El currículo tiene que responder al entorno social, nacional y mundial. Por ejemplo, si en Guatemala y El Salvador un profesor especializado en educación media, se gradúa con 120 créditos porqué la "U", le exige licenciatura y profesorado con cerca de 200 créditos. O los títulos son pertinentes con la población y el entorno a que se debe o la "U" es una burocracia inútil que devora decenas de millones. El perfil del graduado tiene que ser de óptima competencia profesional, de máxima estabilidad personal y de conveniente integridad cívica, moral y política. La inversión que realiza el gobierno y los particulares en educación superior tiene que producir los mejores frutos para una sociedad más íntegra y menos corrupta.

 La "U", desde su reapertura en 1969, es la universidad masa y colchón de Rómulo Escobar Bethancourt. El derrotero que le imprimieron Harmodio Arias y su ministro José Pezet hace 70 años urge recuperarlo. Las autoridades universitarias se han dejado llevar por la inercia autocrática de un rector con poder exorbitante y los seis mil empleados, entre docentes y administrativos, ejercen un poder autonómico poco responsable. El asunto no es nombrar un administrador con vínculos con el gobierno y garante de prerrogativas con una buena dote presupuestaria. El asunto es asumir la autonomía para servir a la ciudadanía interesada en educarse "óptimamente" a bajo costo y en tiempo prudencial. La responsabilidad de cada docente y administrativo es cumplir con su trabajo y no ser leal a un jefe de turno que dispone de carga horaria, de medidas disciplinarias, discrecionalidad para asignar cátedras, seminarios e investigaciones y nombrar a sus incondicionales en puestos administrativos.

http://impresa.prensa.com/opinion/Educacion-superior-universitaria_0_1640836074.html

viernes, 18 de noviembre de 2005

Bolívar y la geopolítica actual

Roberto Arosemena Jaén

En 1815 Bolívar -el creador de la República de Colombia 1819-1830- redactó el primer pronóstico político sobre el futuro de Panamá con una visión globalizante. En ese momento, en búsqueda de una capital para el futuro Estado, señalaba la posibilidad de que Santa Fe de Bogotá, Maracaibo o Panamá llegasen a ser el núcleo de la República pensada. “Panamá para Hispanoamérica será como Corintio para los griegos” un punto de encuentro y enlace para la posible confederación de los pueblos que serían liberados del férreo control peninsular.

Bolívar desde el exilio en Jamaica se preparaba para la lucha por la independencia.

Cuando logró fundar a Colombia, desde Angostura libera a Nueva Granada y admite la autoliberación panameña. Luego, extiende su campaña liberadora hacia Quito, Lima y el alto Perú. La breve historia de Colombia y la trágica lucha civil intestina entre facciones y gendarmerías abortan la institución estatal hispanoamericana con mayor posibilidad de éxito: la República de Colombia. Luego vendrán Venezuela, Nueva Granada, Panamá y Ecuador.

De otra parte, Perú y Bolivia continúan con su leve vestigio bolivariano. Hoy, cerca de 175 años del colapso integracionista del genial libertador, nuevos movimientos de integración se extienden no sólo por el continente sino por todo el globo terráqueo.

En este mes, la política internacional errática de Panamá e Hispanoamérica, lleva al segundo Torrijos a México para servir de mensajero del posible eje México, Venezuela y la actual Colombia -la pequeña-.

Inmediatamente después, Iberoamérica se reúne en Salamanca para hablar de la eventual consolidación con el bloque europeo, y a finales del lluvioso octubre se realizará en Argentina la siempre postergada integración del panamericanismo bajo la supervisión de Washington. La agenda internacional del segundo Torrijos se concluye el 7 de noviembre con la sorpresiva reunión en Panamá de los hijos del poder. Previo a este encuentro, Héctor Alemán asiste como jefe de la Policía a la reunión de los ejércitos panamericanos donde se dan instrucciones sobre la agenda común en la lucha contra el terrorismo y se espera concluir, aceleradamente, en tratados de libre comercio con Estados Unidos.

El contraste entre la visión del mundo de Simón Bolívar con los actuales gobernantes de Latinoamérica es abismal.

Mientras que Bolívar tenía un proyecto geopolítico lúcido para integrar a Hispanoamérica en el consorcio de los Estados nacionales, los gobernantes de hoy se desviven para correr de un bloque a otro y para sugerir iniciativas fantasmas en un mundo polarizado por el dólar, por las armas de destrucción masiva y por los especuladores del petróleo y de las energías alternas.

La Unión Europea y el presidente Bush se disputan la inclusión y la exclusión de Cuba en estas maratónicas reuniones con tufo de “Guerra Fría”, mientras que los acuerdos bilaterales entregan a Estados Unidos y a la Unión Europea el comercio al por menor, la administración de las empresas de servicio público, el suministro de bienes y equipos a empresas estatales, la liberalización de los productos agrícolas y pecuarios e incluso las idoneidades profesionales.

El trato preferencial y nacional a los empresarios de los países contratantes los ponen en una clara ventaja para desalojar e eliminar a los nacionales. Es soltar el tigre bien alimentado en un rebaño hambriento y en desbandada. El caso argentino y mexicano es aleccionador.

El proyecto de Bolívar de un Estado de ciudadanos libres, educados y disciplinados, forjados en la moral pública y en la vocación de servicio de los gobernantes se desmorona. El interés por la corrupción y la existencia de ejércitos dependientes técnicamente nos convierte en interlocutores débiles, erráticos y ambiguos.

El triste papel de las fuerzas armadas hispanoamericanas y de la OEA ha logrado sustituir las intervenciones estadounidenses por operaciones pacificadoras y negociadoras, por ejemplo en Haití y Nicaragua respectivamente. Además, Bush y Uribe Vélez utilizan el nombre establecido por Bolívar para consolidar el primer Estado andino, Plan Colombia, para camuflar la intervención y provocar a Venezuela a iniciar una acelerada modernización de su ejército y a replantearse la obsoleta doctrina de seguridad nacional.

En este contexto Panamá se deja entusiasmar por aventuras comerciales, económicas y presuntamente militares.

El tratado de libre comercio, el Plan Puebla Panamá con la inclusión de Caracas y Bogotá y la declaratoria de guerra al terrorismo son temas extremadamente importantes que no pueden dejarse en manos de Bush y del segundo Torrijos.

http://hispanoamericaunida.com/2013/05/18/bolivar-y-la-geopolitica-actual/

miércoles, 16 de noviembre de 2005

Noviembre y los hijos del poder

Roberto Arosemena Jaén

No se trata ni de reinos ni de repúblicas hereditarias como es el caso de Marruecos y de Siria. Se trata de Estados Unidos y Panamá. En el mundo islámico subsiste el parentesco como forma de legitimar la autoridad política, pero acá existen las elecciones y el principio de un hombre un voto. ¿Cómo se explica usted que los Bush en Estados Unidos "naturalmente sean buenos candidatos para gobernadores", y cómo se explica usted que un hijo de Torrijos sea gobernante en Panamá?

La explicación es simple aunque no exclusiva. Porque en Panamá y Estados Unidos los enfoques antropológicos son más efectivos que los enfoques políticos para analizar el ejercicio del poder. Con todo, el problema en Panamá y Estados Unidos no es la forma como se accede al poder, sino la forma como se retiene y se ejerce el poder político administrativo. Tanto el segundo Bush como el segundo Torrijos son más presidentes por relaciones de parentesco que por consenso ciudadano, pero lo significativo en el momento actual, es que ambos como presidentes son responsables de garantizar el orden y la salud pública de sus respectivos Estados. Ellos monopolizan la violencia y tienen la prerrogativa de manejar los miedos y las amenazas difusas. Miedo, desde Platón, es la espera del dolor o la amenaza de la pérdida futura. Bush, con el miedo a bin Laden, destruye al gobierno talibán que lo protegía y con el miedo al uso de las armas de destrucción masiva acaba con Husein y se proclama soldado universal en "guerra contra el terrorismo" sin importarle el fracaso de las Naciones Unidas. Por fortuna, Torrijos no llega a tanto, pero monta tanto como Bush. En el plano nacional, por ejemplo, paraliza al país desde el 2 de noviembre para impedir manifestaciones anti Bush. Además, permite que su policía detenga a 25 manifestantes la tarde del 7 de noviembre en un operativo provocador en donde sobraban los policías y faltaban los manifestantes. Luego, ante la protesta universitaria del día 8 para exigir la libertad de los 25, reprime desproporcionadamente a los estudiantes enmascarados -no se sabe cuántos infiltrados- y bloquea al día siguiente el acceso al campus a las mismas autoridades responsables de su funcionamiento.

 Un poder presidencial que se ejerce fuera de la ley internacional -caso de Estados Unidos- y fuera de la ley nacional -caso de la Policía panameña- es un efectivo motivo de preocupación para los respetuosos del régimen de derecho. Halcones como D. Rumfeld y H. Alemán no se entienden fuera del apoyo recibido por los señores presidentes de la República. La estrella de Bush empieza a declinar y en la medida en que pierda el consenso popular el poder del Congreso aumentará y logrará neutralizarlo.

Por el contrario, en Panamá, la estrella del segundo Torrijos vuelve a brillar en las encuestas. De allí que el poder represivo del triunvirato Torrijos-Alemán-Mirones se seguirá intensificando. Prueba de esta intensificación es la corredera de las autoridades universitarias para restablecer, inútilmente, los vínculos con la Fuerza Pública, y la impunidad de estas para dar explicaciones de su extralimitación de funciones en el bloqueo de los accesos al campus.

El resultado ha sido el mea culpa de una Universidad atemorizada que solamente se atreve a abrir sus puertas luego de determinar una serie de prohibiciones, por lo demás ineficaces, en la forma de protestar del estudiantado y de los "posibles" infiltrados. Ni las autoridades universitarias ni las gubernamentales están autorizadas ni a permitir delitos ni a usar fuerza desproporcionada para reprimirlos.

La cultura de la violencia tiene que ser erradicada del mundo de hoy. Naciones Unidas está obligada a ser freno para impedir el uso de la fuerza como instrumento de chantaje y negociación, y ubicar a Estados Unidos como una potencia respetuosa de los principios del derecho internacional. Domésticamente, la ciudadanía y las Instituciones autónomas deben estrechar el triunvirato de la represión y enseñarle al segundo Torrijos que la Fuerza Pública está sometida a la ley y no a la arbitrariedad de un Ministro de Gobierno y Justicia.

Es hora de que los panameños sepan utilizar el poder democrático de elegir y frenar a sus gobernantes. El parentesco, el clientelismo y la plutocracia partidista requieren ser neutralizados. A corto plazo ya vienen las elecciones para renovar las autoridades universitarias y los electores tendrán que pronunciarse. En el caso del gobierno de turno las cosas son más complejas, ya que tiene tres años para maquillarse, mientras que la oposición plutocrática juega a las alianzas y al caudillismo.

http://impresa.prensa.com/opinion/Noviembre-hijos-poder_0_1609339218.html

martes, 12 de julio de 2005

El oráculo torrijista

Roberto Arosemena Jaén

El segundo Torrijos habló de suspender la ley del Seguro Social para dialogar durante noventa días, así lo entendí, ingenuamente. El PRD lo interpretó, astutamente, cuando le llegó la iniciativa de suspender la ley de mano del mensajero del Ministerio de Salud, que los noventa días no eran para dialogar, sino para la moratoria de la ley e incluso con efecto retroactivo.

En realidad, el segundo Torrijos no hace las leyes ni las aprueba. Eso corresponde al PRD y en su feudo natural, la Asamblea Nacional, mandan ellos no Martín. Los noventa días empezaron a correr desde el 1 de junio. Las expectativas futuras sobre la buena fe del gobierno se derrumbaron... Nos cayó un jarrón de agua helada esa tarde húmeda en que los diputados se iban, apresuradamente, de vacaciones de medio año.

Retornando al diálogo, si es que supera el nivel de monólogo de la tecnocracia del grupo financiero, tendrá 60 días calendario, dijo la Asamblea. El Consejo de Rectores se apresuró a dictaminar que sólo se reunirán tres días semanales. Las expectativas terminaron por enterrarse.

Un diálogo de 90 días no puede meterse en un chorizo de 27. Todo experto en comunicación sabe de la necesidad de un período de tiempo significativo para que los interlocutores depongan sus aprehensiones, sospechas, resentimientos máxime después de las peleas verbales de Silvio y Saúl antes de entrar directamente a trabajar en los temas de fondo.

Nos extraña que el Consejo de Sabios -perdón de rectores no haya sabido aconsejar al Señor Presidente. Hay que convencerse, el presidencialismo, hace recaer todo éxito o fracaso institucional en las espaldas de la individualidad presidencial.

De allí, la urgencia de que sepa nombrar y remover a los capaces e incapaces, respectivamente. Es una función que el presidente realiza por sí mismo. La delegación para gobernar en el PRD-PP ha tenido resultados catastróficos.

 Volviendo a nuestro oráculo, su virtud principal es la ambigüedad y la necesidad de interpretarlo.

Esta interpretación se hace tanto más diluida en cuanto las palabras no sean escritas. Me imagino el abuso diario en las oficinas públicas: "Martín dijo", el Presi, me dijo... Las palabras son símbolos que se lleva el viento. En Grecia no bastó la Apología de Sócrates para entender el oráculo y salvar al sabio de los sabios antiguos, al final tuvo que beber la cicuta del silencio eterno. En Panamá, el intérprete está ahogando a la sibila. Basta escuchar la manera como el PRD interpreta las aseveraciones de su presidente.

El segundo Torrijos, no es un oráculo, el primero sí lo fue.

Lo que tiene importancia en un régimen de derecho son los actos administrativos que salen de su autoridad presidencial y los decretos ejecutivos que lo sustentan. Si la derogatoria de la Ley 17 es lo querido por la sociedad como lo dijo el Presidente, ¿por qué entonces la suspensión de la misma? Si el plazo para dialogar es de noventa días hábiles, ¿por qué permite que se reduzca a 27? Si el objetivo de la Mesa de Diálogo es una nueva ley del Seguro. ¿por qué permite que el PRD en la Asamblea la deje colgando como una guillotina que caerá inexorablemente al cumplirse el primer año de su mandato? Si el conflicto fue generado por la prepotencia del partido y de algunos ministros, de una parte, y el frente de rechazo, fue liderizado por médicos, docentes y obreros de la construcción, de la otra parte, ¿por qué en lugar de sentar a las partes PRD-FRENADESSO en una Mesa de Concertación la empieza a llenar con invitados que ya habían empezado a aplicar la Ley 17? El Señor Presidente es un funcionario público que se debe a la Constitución y a las leyes y cuando ejerce su autoridad tiene que ejercerla sin ambigüedades, sin dobles interpretaciones y con toda la facultad de "cúmplase".

 El problema, no obstante, no se origina en la personalidad del segundo Torrijos, el primero hablaba y Noriega lo interpretaba a nivel de seguridad del Estado y el mayordomo de palacios presidentes a dedo lo interpretaba a nivel político administrativo. El oráculo del primer Torrijos era terriblemente funcional.

El oráculo del segundo con su intérprete hegemónico el PRD es disfuncional. Los sociólogos dirían que produce "anomia", que es precisamente lo que está conduciendo a la falta de legitimidad.

El problema de los regímenes presidencialistas es el trauma político-social y económico que acarrea la sustitución presidencial cuando ha perdido su capacidad de ser creíble.

La crisis actual ya no se soluciona con un cambio de gabinete, ni siquiera con la derogación de la Ley 17. La crisis es resultado de la actitud política del PRD y la insuficiencia de su aliado oportunista. El PRD, sobre todo el colectivo dirigido por Ernesto Pérez Balladares, carece de límites y no entiende el espacio de libertad de que gozan las autoridades elegidas por el voto popular. En Panamá, nada se puede hacer fuera de la Constitución y del ejercicio democrático del poder.

Lo que urge en estos momentos es un acuerdo de gobernabilidad para los próximos meses.

El gobierno no puede seguir con su política económica de empobrecimiento de los que más trabajan y beneficiando a burócratas de la plataforma de servicios bancarios, jurídicos y de transporte internacional.

http://impresa.prensa.com/opinion/oraculo-torrijista_0_1514098738.html

martes, 5 de julio de 2005

La crisis de gobernabilidad

Roberto Arosemena Jaén

El problema del Seguro Social ha perdido su masa crítica explosiva y vuelve a redimensionarse como un problema institucional administrativo. El Presidente habló y decidió prudentemente. Se espera que haya aprendido la lección: el gobernante necesita más que valentía, prudencia, si quiere gobernar en una democracia. La crisis de gobernabilidad ahora depende de los buenos o malos propósitos del PRD y de la capacidad de movilización que mantenga el frente de médicos, docentes y obreros de la construcción.

La crisis tuvo una causa que requiere de mayor análisis y comprensión de la ciudadanía. La partidocracia panameña es la causante de la crisis de gobernabilidad, máxime cuando el partido dominante es experto en imposiciones y en uso abusivo y desproporcionado de la fuerza de policía. Su fortaleza es exorbitante en la medida en que el Ejecutivo sea errático y mientras mantenga su unidad de piedra en la Asamblea Nacional. Nos guste o no nos guste, lo importante en la mesa de diálogo por el Seguro Social es la capacidad de concertación que tenga el PRD y el frente de médicos, docentes y obreros de la construcción. Los otros interlocutores juegan un papel secundario pero no menos significativo.

El Consejo de la Empresa Privada y sus aliados con intereses de coadministrar, no del Seguro Social, sino las multimillonarias reservas del programa de pensiones, va a participar con una visión a larguísimo plazo. No les basta unas reservas saneadas para los próximos treinta y cinco años sino que aspira al uso de fondos inagotables el mayor tiempo posible. Si mantiene esa actitud orientada a la especulación lucrativa no realizará ninguna aportación positiva para el logro de la concertación.

Otros interlocutores, como los sectores profesionales y gremiales no incorporados al frente, pueden asumir una posición equidistantes de los interlocutores válidos o por el contrario, inclinarse a favor de uno u otro. De allí que su participación podría descalificarse dependiendo de las alianzas que establezcan.

Los facilitadores y animadores de la concertación tendrán sentido, únicamente mientras actúen con criterio firme sea ante el gobierno como ante el frente. De perder esa capacidad de arbitraje su participación será inútil. Por ejemplo, la posición atrevida de la Iglesia católica de exigirle al Ejecutivo que derogase la ley y al frente de que suspendiese sus medidas de fuerza, le dio credibilidad para servir de garante confiable, no sólo ante los interlocutores válidos sino ante la comunidad nacional. Ser garante, sin embargo. no es ser facilitador ni participar activamente en el diálogo. Ser garante es hacer cumplir los acuerdos de mesa entre el PRD y el frente a la luz de la misión de la Caja de Seguro Social. En este sentido, el primer trabajo del garante es entender cuál es la misión institucional de la Caja de Seguro Social a pesar de las historias intervencionistas de los gobiernos de turno. La Caja no es palanca financiera de ningún gobierno ni tampoco fondo operativo de contingencias gubernamentales. Si la Iglesia no entiende la misión de la Caja perderá credibilidad como árbitro garante de los acuerdos o denunciante de la falta de voluntad (del PRD o del frente) de llegar a dichos acuerdos.

La crisis administrativa de la Caja de Seguro Social no está resuelta. El diálogo se puede frustrar en cualquier momento. La mayoría tiene confianza que se realice y según se ha dicho, dentro de noventa días, es decir, a principio de octubre, la ciudadanía tenga la nueva ley.

Ley que sea el resultado óptimo de un acuerdo que haga de la Caja de Seguro Social una institución modelo, eficiente y eficaz, para cubrir riesgos y dar prestaciones según las expectativas realistas de los asegurados. En este sentido, el primer punto de la Mesa de Diálogo, sea reconocido o no por los interlocutores, es el fin de la Caja de Seguro Social, sus objetivos como institución del Estado panameño, en palabras de la tecnocracia internacional, fijar la misión de la Caja de Seguro Social.

El PRD tiene que convencerse que el Seguro no es un intermediario financiero ni sus reservas soporte para ninguna aventura financiera. El Seguro Social no tiene que apuntalar ningunas finanzas públicas. Su misión es atender a los asegurados y, por ley, debe contar para los próximos cinco años con las reservas para cubrir las pensiones y jubilaciones que se darán en estos años.

 Cualquier cálculo actuarial, financiero y económico que vaya más allá de cinco años es pura conjetura. Sobre el futuro remoto -más allá de cinco años- nadie tiene control, menos los actuarios y los economistas. Los fines y objetivos de la Caja de Seguro Social, por lo demás, no deben ser ni siquiera materia de debate. Ya están debidamente señalados en la Constitución y en las leyes. Se supone que la Ley 17 ya ha sido derogada políticamente aunque jurídicamente sólo haya sido suspendida.

Llama la atención que el PRD como partido dominante en el Ejecutivo y en la Asamblea Nacional no tenga una representación efectiva en la mesa de concertación, mientras que los representantes del frente han sido fraccionados de antemano. Esto significa que al darse una eventual ruptura del diálogo, FRENADESSO aparecerá como una instancia inoportuna e ineficaz, mientras que el PRD será la pieza fresca de recambio que dictará cátedra. Se volverá a la Asamblea Nacional, alrededor del 11 de octubre y la chispa de la ingobernabilidad se volverá a encender.

http://impresa.prensa.com/opinion/crisis-gobernabilidad_0_1508849238.html

lunes, 13 de junio de 2005

La democracia pervertida

Roberto Arosemena Jaén

Decir que la democracia panameña es robusta es desconocer la realidad política del país. La Rusia zarista, cínica y prepotente, decía en boca de uno de sus Condes : "que ellos el pueblo hagan las leyes, nosotros el gobierno seguiremos haciendo los reglamentos". Un ideólogo torrijista decía, a la panameña, que "se aguanten la mecha" porque nosotros hacemos la constitución, las leyes, los reglamentos y los actos administrativos de Gobierno. Al buen entendedor pocas explicaciones: tanto la Rusia zarista como el Panamá torrijista son gobiernos autocráticos y las formalidades democráticas son como el nombre del partido del 11 de octubre. Puro bla, bla, bla.

La época ingenua de la democracia panameña insistió en la transparencia de los actos de Gobierno y en las partidas discrecionales de la caja menuda del señor o la señora Presidenta. Ahora la democracia pervertida panameña se conoce porque el mismo partido que hace las reformas constitucionales, tributarias, fiscales y empobrece a los asegurados con la Ley del Seguro Social, es el que domina al Ejecutivo. Sólo falta que se destituyan a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, con ese poderoso fantasma de la sociedad civil que se agita desde los medios, para que el PRD proceda a su nombramiento en ese contexto transparente de ataque a la corrupción.

Lo sucedido en estos nueve meses con el gobierno del segundo Torrijos es preocupante. Sentir que toda la polémica de la democracia pervertida se da entre un dirigente de los Batallones de la Dignidad y un dirigente del Movimiento de Liberación Nacional para los efectos ambos constructos de las operaciones psicológicas de la inteligencia y contrainteligencia del Estado torrijista dirigido por Noriega es denigrante para la inteligencia del panameño. La ciudadanía debería salir a pedir la renuncia inmediata del ministro de Gobierno y Justicia y exigirle a la dirigencia de SUNTRACS que se aparte de esos infantilismos de la década de los 60. Asuntos tan serios, como la militarización del Estado, el poder exorbitante del PRD en función de estado, la disponibilidad de cientos de millones de dólares en manos de administradores derrochadores, no pueden sacarse del escenario político actual y dejarse llevar de la fantasmagórica imaginación de los asesores de Martín. Por ese cuento de la subversión, Omar Torrijos facturó 55 víctimas, asesinadas y desaparecidas y otro tanto, Manuel Antonio Noriega, según consta en los estudios de la Comisión de la Verdad.

 La democracia no es un asunto de Constitución, ni de leyes, ni de reglamentos, ni de actos de gobierno bajo la reserva legal. La democracia es un asunto de poder ciudadano que respeta la institucionalidad del Estado y exige de los gobernantes respeto y sumisión al orden constituido. El Gobierno debe tener pudor ante la ciudadanía, esa forma de temor a la autoridad del soberano, que no es otro en una democracia, que el pueblo organizado en sindicatos, gremios, partidos políticos y asamblea de ciudadanos independientes. La ciudadanía como poder soberano se puede armar para defender la democracia pero un gobierno pervertido, jamás se puede armar contra la ciudadanía. La función policiaca del estado es proteger la ciudadanía no encarcelarla, perseguirla, intimidarla y luego despreciarla hasta su humillación con procesos partidocráticos de negociación.

La experiencia de gobierno del segundo Torrijos ha sido intensa. Nadie había podido en nueve meses hacer unas reformas constitucionales e imponer dos leyes que le extraen riquezas a los trabajadores, profesionales y empresarios nacionales. El espanto del déficit fiscal, la necesidad de la disciplina administrativa y el colapso de la seguridad social se ha transformado en crecimiento del ingreso nacional y en aumento del crédito gubernamental. Las reservas multimillonarias de la Caja de Seguro Social van a alimentar a la banca, a la bolsa, a las inversiones en vivienda y sobre todo, van a oxigenar el potencial de endeudamiento del gobierno de turno por los próximos cinco años. Las cacareadas luces largas del estadista, es la mueca de las luces cortas del gobernante que "ahora o nuca" ha decidido fortalecer las finanzas públicas sin considerar el sufrimiento y la angustia de los asegurados. Se podría decir que a sangre y fuego van a sacar plata para financiar la gestión del actual gobierno. Si dos años de espera para las mujeres significaba 2 mil millones de dólares, los 16 mil millones que se proyecta acumular significa que miles y miles se quedarán sin jubilación. Lo que debió ser unas reformas para apuntar cinco años de reservas, ahora serán de 35. El PRD se ha puesto en marcha y salvar la democracia con un liderazgo opositor fraccionado y desprestigiado y colectivos sindicales y gremiales despolitizados y temerosos, será difícil. De allí que revertir la perversión democrática actual es una tarea que requiere de los mejores hombres y mujeres de nuestra nación.

http://impresa.prensa.com/opinion/democracia-pervertida_0_1492350922.html

miércoles, 2 de marzo de 2005

La libertad de enseñanza

Roberto Arosemena Jaén

La peor esclavitud es la del pensar. La mejor libertad del humano es la de pensamiento. La Constitución panameña ha mantenido un principio por inercia, pero un principio fundamental para el desarrollo de la ciencia, la filosofía y la religión. Me refiero a la libertad de cátedra que establece la Constitución Política de la República y que la Ley Universitaria, 11 de 1981, en el artículo 5 desarrolla al establecer que la Universidad de Panamá "consagrará la libertad ideológica y de expresión en el ejercicio de la cátedra, así como en las investigaciones y publicaciones académicas".

Cualquier limitación a la libertad de pensar del docente (catedrático universitario) deja sin efecto la libertad ideológica y la libertad de expresión o divulgación de los conocimientos propio de los especialistas en áreas del saber humano universal. Cualquiera pretensión de las actuales autoridades universitarias, me refiero directamente al Consejo General Universitario presidido por el Rector Magnífico, de explicar o interpretar o limitar el ejercicio de la cátedra constituye no sólo una amenaza a las libertades humanas y constitucionales sino un golpe criminal contra el ansia infinita de conocer la realidad y darle la expresión veraz y comprobable que es propio de toda ciencia, filosofía y religión.

El mundo actual está ansioso de distanciarse de la fantasía y retornar a la realidad. Las hazañas del humano por la verdad como actualización de la realidad es la historia de la humanidad. Los espacios de libertad que hemos conquistado como seres pensantes y actuantes nada ni nadie podrá suprimirlo a todos por todo el tiempo. Se pueden restringir por un tiempo a algunos y a todos, pero su costo es tan alto que ya ningun grupo racional y dialogante está dispuesto a seguir intentándolo.

 En el pasado y apresurado referéndum de la universidad para aprobar o rechazar el anteproyecto de ley sustitutorio de la Ley 11 de 1981, se comete la temeridad de definir la libertad de cátedra y se introducen limitantes "personalísimos" que más que materia de ley son propios de una patología de la sicología diferencial. Es regresar a tiempos del estatismo comunista y fascista del siglo pasado, para no remontarnos a la Europa de las guerras religiosas y racionalistas del siglo XVI al siglo XVIII. Entiendo, que después del 11 de septiembre del 2001, el mundo ha sufrido un retroceso en la defensa de las libertades sociales y personales y que cualquiera autoridad se siente legitimada para restringir la libertad de pensar y actuar. Sin embargo, es una actitud nefasta que no se puede extender hasta el claustro universitario.

No vamos a hacernos eco de este retroceso y perseguir la libertad de cátedra de ningún docente que haya cumplido con los trámites y requisitos que exige la universidad. El que no sabe usar su libertad y viola el derecho de los demás, entonces, que responda tanto a nivel civil, administrativo como penal, pero de ninguna forma puede admitirse la restricción y la limitación a la libertad de cátedra y enseñanza fundamentada en la realidad y en sus múltiples formas de actualizarla.

La universidad es lo más universal de nuestra identidad nacional y lo más universal, incluso de un mundo totalmente globalizado. Atentar contra la libertad de pensar y de expresar sus pensamientos de manera responsable, firme y verificable es atentar contra el hablar verazmente e imponer desde un virtual reglamento y estatuto universitario el pánico y la prepotencia del momento. Las universidades siguen siendo hoy, lo que empezaron a ser en la Edad Media y en el Renacimiento, fuente de toda ciencia, filosofía y estudios religiosos.

En ella debe mantenerse la prerrogativa a pensar con la libertad propia del ser humano, sobre todo de aquellos que por vocación, han asumido el compromiso de investigar la realidad, buscar los modelos, hipótesis y postulados más verificables y dar ejemplos de una vida práctica basada en los valores cívicos y morales propios de una humanidad crítica, dialogante y libre para argumentar y contra argumentar sin restricciones y sin cortapisas. En ésto y sólo en ésto consiste la libertad de cátedra como principio humanista universal.

http://impresa.prensa.com/opinion/libertad-ensenanza_0_1415108701.html