sábado, 17 de mayo de 2014

Para renovar la filosofía en la UP

Ruling Barragán

Desde hace un tiempo, docentes y estudiantes vemos con preocupación la situación del Departamento de Filosofía de la Universidad de Panamá (UP). Con dos licenciaturas bajo su administración, “Historia y Filosofía” y “Filosofía, Ética y Valores”, de escasa matrícula y cuyos planes de estudio no parecen ir acorde al mercado laboral, más allá de la labor docente.

Si bien se ha planteado y discutido en muchas ocasiones la renovación o actualización de los planes de estudio de estas licenciaturas, la toma de decisiones al respecto es difícil. Una parte del problema consiste en la falta de consenso sobre cómo deberían configurarse estos planes. Así, por ejemplo, no hay acuerdos entre todos sobre qué cursos se podrían eliminar o reducir en horas, cuáles añadir en reemplazo, o si se debiese prescindir definitivamente de una de las licenciaturas. Con relación a esta falta de consenso, ayudaría mucho abandonar la idea de que debe haber un acuerdo total con cada quien en esta discusión. No creo que podemos esperar eso, siempre habrá algún disenso e inconformidad. Para fines prácticos, bastaría con que se aprobase lo que decidiera la mayoría de los involucrados, tal como sucede en todo mecanismo democrático.

Tal vez, el único acuerdo en este asunto sea que el principal afectado es el estudiantado del Departamento de Filosofía. Si la carrera no se renueva pronto, de manera pertinente y eficiente, los nuevos egresados pudieran ser marginados o excluidos de un mercado laboral cada vez más dinámico, diversificado y competitivo.

Otra parte del problema podría ser el perfil laboral con que se ha identificado al egresado de filosofía: demasiadas veces se le ha limitado a la docencia en premedia y media, cuando en realidad –como ocurre en muchos países– su ámbito laboral es mucho mas amplio y diverso. Sea a nivel de pregrado o posgrado, los graduados en filosofía hallan oportunidades laborales en el área de comunicación, periodismo, promoción cultural, derechos humanos y casi cualquier espacio que requiera del análisis (o tan siquiera del comentario bien informado) social y político, por ejemplo.

¿Por qué seguimos limitando su campo laboral con planes de estudios básicamente diseñados para que sean profesores de secundaria, sin prestar mayor atención a otros campos o áreas profesionales? Es bien sabido que la enseñanza de asignaturas filosóficas en la educación media (y también a nivel superior) se reduce cada vez más. En este contexto, resulta razonable y saludable redescubrir que los espacios laborales en que tienen cabida los egresados de filosofía están más allá del colegio o la academia. En consecuencia, sus planes de estudios a nivel universitario deberían responder a esta realidad. Estos podrían maximizar habilidades comunicativas, analíticas y argumentativas, especialmente valoradas en el contexto político, económico, social y cultural del país.

Así, por ejemplo, los nuevos planes podrían hacer énfasis en “filosofías aplicadas” como filosofía del derecho, filosofía política, o ética de las empresas, entre otras. Asimismo, en refuerzo de esas habilidades, cursos de lenguas modernas –en particular el inglés y/o francés– solicitados en muchos organismos, empresas e instituciones. Confío en que algo de lo expresado aquí contribuya a la renovación de los planes de estudios, y al bienestar académico y laboral de los futuros egresados. Quizá no sea demasiado tarde y la renovación de la filosofía en la Universidad de Panamá pueda hacerse con prontitud y pertinencia, para bien de todos sus miembros, en especial, de los estudiantes.

https://impresa.prensa.com/opinion/renovar-filosofia-UP-Ruling-Barragan_0_3937106314.html