martes, 1 de noviembre de 2011

La labor social de ´Radio Hogar´

Roberto Arosemena Jaén



Se empezó a existir en un ambiente caldeado contra la libertad de expresión. Era el momento, 31 de octubre de 1954, y mandaba en Panamá el primer comandante jefe de la Guardia Nacional.

Después, vendría un comandante de la Guardia que durante dos décadas se mantuvo detrás del solio presidencial. Finalmente, era tanto el poder institucional del grupo armado que uno de sus policías militarizado, Boris Martínez, llegaría al poder del Estado panameño un 11 de octubre. Una vez la Policía en el poder, los sucesivos comandantes de la Guardia Nacional escalaban a la jefatura del Estado panameño con suma facilidad. De allí un Torrijos y un Noriega. Durante todo este período Radio Hogar estuvo en el aire, con sus altas, e incluso, con la expulsión de su director en el tiempo de Omar Torrijos. Momentos duros de la Iglesia, como el asesinato del Héctor Gallegos, obligaron a una cautela para seguir como una emisora al servicio de la fe y la promoción de la justicia.

Al iniciarse la década de los 80 a tal grado llegó el compromiso de esta emisora con la libertad de expresión e información que se le suspendieron programas radiales independientes en plena confrontación entre el gobierno de fuerza y los gremios profesionales, a fin de evitar que la educación fuese instrumento de culto a la personalidad del comandante de turno.

Radio Hogar se ha mantenido, después del retorno a la democracia electoral (1989-2009) y del inicio del unipartidismo gubernamental (2011-2014), con su voz independiente, transparente y crítica a favor de la democracia radical y participativa y contra el capitalismo salvaje en función de poder gubernamental. No es casual que pese a la relación amistosa que constantemente Radio Hogar ha querido tener con los gobiernos de turno, no ha podido acceder a una frecuencia FM. Ahora, con el nuevo gobierno unipartidista, se espera, pacientemente, la asignación de una frecuencia FM, viejo anhelo de más de cinco décadas para llegar a ser la decana de la buena música, como fue el proyecto de esta emisora hace 57 años.

Radio Hogar es mucho más que ese papel político de informar libre y responsablemente a sus radioescuchas, que ha tomado ante la imperiosa necesidad de los acontecimientos; es y ha sido una emisora de la Iglesia católica con el compromiso de difundir programas diversos con contenido social, humano, litúrgico y sacramental. Contenidos programáticos pluridimensionales que no son reductibles ni a la esfera del César ni a la esfera de Dios. La Iglesia católica en su tercer milenio de existencia es polifónica porque su Dios es el Dios de Jesús y mucho más, tiene como Dios al mismo Jesucristo. Es la tremenda flexibilidad de un Dios trinitario irreductible a una idea racional aislada de los afectos, sentimientos y buenas razones de las sociedades humanas.

El Cristo de Radio Hogar es el mismo Dios encarnado, martirizado, resucitado y corporizado en la gente buena y justa que lo admira, lo confiesa y trata de imitarlo.

Esta conceptualización de Cristo Dios es el mejor antídoto contra los fundamentalismos teístas que nos siguen asustando y que están en la base del terror del dios de los ejércitos que tuvo mucha fortuna antes de Cristo y luego, cuando muchos creyentes cristianos y no cristianos cayeron en la tentación de la violencia y de la teocracia. De allí, la razón de la apertura católica y ecuménica de Radio Hogar. Nada humano y social le ha sido ajeno en sus repetidos aniversarios de medio siglo.

Hoy, sigue siendo bueno que medios de comunicación como Radio Hogar mantengan el derecho a disentir, a debatir, a criticar como medio de aproximación a la verdad, a la libertad y a la justicia que, como dijo recientemente Ratzinger, es el oficio insustituible de todo político que afirma su éxito porque logra servir a su comunidad y no servirse de la debilidad de un pueblo.

http://impresa.prensa.com/opinion/Radio-Hogar-Roberto-Arosemena-Jaen_0_3241176020.html