Miguel A. Candanedo
A raíz de la circulación por las redes sociales de comentarios vertidos por una sobrina de la principal dirigente de Movin, se evidencia la naturaleza y el carácter lumpemburgués del sector de la “yeyesada”, que convocó la concurrida concentración de panameños en la cinta costera el pasado martes 9 de enero, supuestamente en rechazo de la corrupción imperante en la sociedad panameña, especialmente en el sector de la denominada dirigencia política y empresarial.
El lenguaje y expresiones y tono vulgar de la aludida joven retratan el cuerpo entero, la naturaleza deformada y decadente de la conducta de las concepciones y del pensamiento pedestre y chabacano de algunos de los convocantes a la concentración, que le restan credibilidad como voceros del descontento mayoritario de los panameños frente a la descomposición moral de los que equivocadamente son denominados como “la clase política de la sociedad panameña”.
Si agregamos el deprimente acto de gritos, improperios e insultos frente a la residencia del presidente de la República, protagonizado por un grupo de asistentes a la concentración, se evidencia de cuerpo entero la carencia de autoridad moral de la lumpemburguesía convocante para pretender erigirse en los catones, en los censores, en la conciencia crítica y moral de los panameños.
Lamentamos que un crecido número de panameños, inclusive familias enteras de respetables ciudadanos, se dejaran seducir por los llamados de sectores decadentes de la lumpemburguesía, que a falta de un proyecto alternativo de democracia popular no encuentran otra salida que el anteproyecto de la ley sobre la muerte civil. Si los sectores convocantes hubiesen realmente rendido homenaje póstumo a los mártires de enero, habrían convocado igualmente a los dirigentes estudiantiles, obreros, campesinos e indígenas y a las organizaciones profesionales de capas medias, a que todos unitariamente hiciéramos el homenaje cívico a los mártires, una ocasión para replantear la democracia panameña y la erradicación de todas las prácticas corruptas en ejercicio político de gobernar al país.
La Prensa, 26 de enero 2018
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